La vida de un mariachi es
sencilla en muchos aspectos, nos limitamos a entretener a la gente con
canciones sonoras que se repiten una tras otra y nos denominan inequívocamente
artistas de un oficio que no tiene innovación alguna pero que cumple su labor de
divertir a las masas, sacarlas de su monotonía y atraparlas en un momento de
alegría del cual somos testigos silenciosos.
Tomada de: http://mariachi-tierra-nueva.webnode.cl/nosotros/
La música, en cualquiera de sus
expresiones, tiene todas las cualidades de una industria ordinaria, en donde
cada uno de los trabajadores entrega su conocimiento a fin de mezclarlo con el
de los demás y lograr así un producto agradable para un consumidor a la expectativa, pero el nuestro es un producto intangible, creado enfrente de los
ojos de nuestro consumidor y con la característica de que tan solo sus oídos lo pueden percibir, capaz
de alterar sus emociones al punto de hacerlo entrar en una amnesia temporal que
borra todos sus problemas y preocupaciones por un breve instante, el cual inicia y
finaliza con el sonar de una trompeta perseguida de múltiples instrumentos
armonizados que crean el ambiente perfecto para sumergir a los oyentes en una dimensión desconocida para algunos pero agradable para todos.
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